Sophie Turner | Game Of Thrones
La vida de un actor no es nada fácil.
Aunque son recompensados por su trabajo, los intérpretes a menudo hacen sacrificios por su trabajo que mucha gente rechazaría. La actriz Sophie Turner, que interpretó a Sansa Stark, reveló que el trabajo le exigió una vez cambiar su higiene en la vida real de una manera que describió como "asquerosa".
En una entrevista con InStyle, Turner habló de las largas melenas de su personaje y de cómo cambiaron a lo largo de los años. Al principio de la serie, cuando Sansa aún vivía una vida privilegiada, su cabello se mantenía bien peinado y limpio. Pero a medida que la serie avanzaba, las circunstancias se volvieron terribles, un cambio que se reflejó en el peinado de Sansa. No todo fue magia de película: para ayudar a vender la ilusión, Turner recibió instrucciones de dejar de lavarse el cabello en la vida real, para que pareciera lo más sucio posible en la serie.
Se informó que los actores de Juego De Tronos tuvieron que dejar de lavarse el pelo de vez en cuando para que sus personajes tuvieran un aspecto medieval. Según Turner, esos informes son ciertos, y aunque Sansa siempre estuvo alejada de los campos de batalla, su personaje no es una excepción. Ella dijo,"En las primeras temporadas me permitieron lavarme el cabello porque era una joven aristócrata. Hacia la quinta temporada empezaron a pedirme que no me lavara el cabello y era desagradable. Ahora llevo una peluca, así que puedo lavarme el cabello siempre que quiero, lo que está bien. Pero sí, por un par de años viví con el cabello bastante graso".
Toda la acumulación de grasa y suciedad, dijo Turner, hacía que su cuero cabelludo se sintiera incómodo. La incomodidad empeoraba en las escenas más invernales de la serie, en las que las máquinas de nieve enviaban pequeños trozos de papel blanco por el aire que se quedaban atascados en sus mechones. Ella dijo en la entrevista, "Teníamos las máquinas de nieve en marcha, así que teníamos pequeñas partículas de papel de nieve que se quedaban pegadas en la grasa. Era asqueroso".
Turner se tiñó el pelo de rojo para interpretar a Sansa Stark cuando empezó Juego De Tronos. Mantuvo su cabello teñido en la producción de la serie por años, experimentando con el cabello negro en su arco en la custodia de Meñique. No fue hasta el 2017 que la serie le permitió usar una peluca para el papel, evitándole el problema de replicar el aspecto mugriento del personaje.
Parte de la razón por la que Juego De Tronos resonó tanto a lo largo de los años tiene que ver con la atención a los detalles, y los peinados forman parte de ello. Los looks de Sansa nunca fueron arbitrarios: reflejan lo que ocurre en la vida del personaje. Según Turner,"Definitivamente hay una correlación. Por mucho tiempo, el pelo de Sansa cambió temporada tras temporada dependiendo de quién la influenciara. En los primeros episodios era una norteña en Invernalia y se parecía a su madre con una simple trenza en la espalda. Luego, cuando fue a Desembarco del Rey, se hizo una gran aureola decadente muy parecida a la que llevaba la Reina. Con Meñique, se tiñe el pelo de negro y lo lleva todo negro. Luego regresa a Invernalia y vuelve a llevar el pelo de su madre".